lunes, 24 de septiembre de 2012
viernes, 21 de septiembre de 2012
MANIFIESTO
“CUANDO EL RIO SUENA…UN RUMOR LLEVA”
Pareciera que los rumores viajaran tan rápido
como la luz y revolotearan incansables como gallinas cluecas buscando el lugar de
mayor tibieza para anidarse e instalarse definitivamente en el buen juicio de personas
sabias, ciudadanos del común o aldeanos del universo.
Los rumores son memoria histórica y colectiva de
los pueblos, que evocan episodios de pasados inmemoriales, futuros precarios y
presentes posibles; por eso son obreros incansables, constructores de relatos,
lenguajes simbólicos, prácticas colectivas, legados culturales y arquitecturas
sociales.
Son los antepasados de los mitos y las
leyendas, señalados como rumores no
comprobados que no pueden negarse ni afirmarse. Son en su esencia, datos
populares de conocimiento colectivo no demostrado y tal vez, no demostrable. El rumor que no se cumple, se mitifica
como aquel que vio a las sirenas o al unicornio.
El rumor puede ser una sentencia de
aprecio, odio u olvido que según su vía de escape, coloca en evidencia a los
sujetos y su existencia para poblar el universo de individuos legendarios,
perennes y trascendentes.
Los rumores vuelan como las balas y el
riesgo es que maten las buenas ideas, fragmenten identidades y mancillen buenos
seres humanos, hasta que sepamos por qué lo hicieron y si querían hacerlo; sin
saberlo nunca, tal vez serán presos de sí mismos, no sabrán lo que estaba
pasando y no habrá tiempo para averiguarlo.
El rumor es mutación de la palabra que hace
evolucionar las profecías. Bajo el supuesto interés de recomponer la verdad, permite
a quien lo difunde asumir una posición de protagonismo; saber algo que los
demás desconocen es una forma de llamar la atención y sentirse omnipotente. Es
actitud que libera y estrecha relaciones con los grupos, en un contexto en el
que todos se sienten íntimamente seducidos.
El rumor es creativo, viaja a
velocidades increíbles entre las esferas sociales y su materia prima es
interesante y única. La señora Matilde
nunca hubiera contado la noticia si el hecho no hubiera sobrepasado sus
expectativas… por tanto, ejecutar acciones suficientemente interesantes,
dignas de ser contadas, son una poderosa herramienta para generar impacto y los
testimonios con cierto tinte de realidad, representan casi una venta segura.
El rumor es neutro a diferencia del
chisme que lleva el morbo de un cuchicheo malsano. Es por tanto instrumento
regulador que controla sin saberlo, que corrige o corrobora y cuando es
demostrado, deja de existir entregándose a sí mismo como sacrificio a
favor de la mentira o la verdad. Es instrumento que salva, pero que también
condena; es verdugo o salvador.
Alguien genera el rumor y otros lo
alimentan, por tanto es riqueza popular de todos y de nadie. Las voces del
rumor no disminuyen, se multiplican a medida que se acerca al blanco, pero al
mismo tiempo pierde fuerza si se disipa por mucho tiempo, llegando extendido
pero cansado. Se incrementa en fortaleza en la medida que recoge adeptos a
corto plazo; es el rumor fenómeno de expansión como las ondas en el agua cuando
una piedra cae y se difunde a lo largo de la distancia perdiendo fuerza pero
aumentando su longitud de onda.
Se relaciona con la física y las
matemáticas, con la economía y la vida misma; es culpable de los movimientos bursátiles,
de las acciones y las divisas que suben o están a la baja y por qué no, de toda
especulación financiera. Él mismo tiene un valor de cambio: se ofrece hoy y se
compra mañana, se resignifica, se reconstruye, va y vuelve a mayor o menor
precio en el juego financiero de la oferta y la demanda.
El rumor alimenta todas las dimensiones
del ser humano, puede ser estrategia militar en hombres y mujeres cuando se
desea desestabilizar al enemigo. La imaginación es su aliada estratégica y es
instrumento que nos alerta en los terrenos del amor, ya que genera un detonante
llamado celos que nos advierte de la presencia del contendor. También, el
médico diagnostica síntomas que no dicen siempre la verdad, pues descienden del
rumor para constituirse en verdad, mentira, mito psicosomático o predicción.
El rumor tiene su lado científico, pues
tiene polaridad y lógica; si se demuestra su existencia, es positivo, si es a
favor entonces resulta benéfico, si se descubre que es mentira ese factor
positivo se vuelve negativo; pero si es de origen negativo o acusador sucede
todo lo contrario, se hace maléfico o en nuestra contra si se demuestra y
resulta positivo si es mentira o no se puede demostrar.
Más que conocimiento, el rumor es
subjetividad pura pues lo fabrica el personaje trasmisor. Nos hacemos sujetos
conductores de los rumores que nos alcanzan, para convertirse en combustible
del buen comunicador. Los rumores no tienen sentimientos pero nos tocan,
animan, enojan, agradan o desagradan; nos impulsan a descubrir, a investigar o
a abandonar. El rumor es una terapia que proporciona alivio si se divulga, pero
puede enfermar de llenura existencial si se retiene.
La educación se afecta del rumor el día
de la evaluación o cuando el profesor falta a clase. Es hoy, el eje transmisor
de saberes populares y ancestrales; la base de la cibercultura y la cibersociedad
en la era digital, que toma su máximo esplendor en las redes sociales que
rumorizan todo su saber gráfico, simbólico y textual.
Por tanto, no hay que descuidarse, este
escrito no es más que “un gran rumor”.
VECINDARIO DIGITAL
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